Descripción
1 a 4 jugadores | 60 – 120 min | 12+ años |
Al despertarme a primera hora de la mañana, noté que Cooper no estaba en mi camarote. Me dirigí a cubierta y lo vi de pie sobre sus patas traseras, mirando nervioso sobre la barandilla. Observé a lo lejos sin ver nada. Para calmar a Cooper, le acaricié la cabeza mientras le decía que allí no había nada. Pero durante el resto del día Cooper permaneció en su puesto, ladrando salvajemente cada vez que el timonel trataba de cambiar el rumbo y parando solamente cuando lo volvía a retomar. Poco más tarde, justo antes de la puesta de sol, algo apareció frente a nosotros: la isla más bella que jamás he visto. Tomamos tierra en su orilla e instantáneamente pensé que un día volveríamos a este lugar paradisíaco y nos estableceríamos aquí para siempre. Anoté meticulosamente la localización de la isla en mis cartas marinas y le di el nombre de su descubridor: La Isla de Cooper.